El arte digital en el museo pos-pandémico

A estas alturas es una obviedad afirmar que durante la pandemia de COVID-19 se aceleraron muchos procesos de digitalización que estaban en marcha o latentes en muchos entornos. Pero nunca viene mal recordarlo, sobre todo, en el caso de los museos, ya que se trata de una transformación fundamental que apunta directamente a un cambio de paradigma en el sector. Esto se ve reflejado en un libro reciente que coordinan la crítica de arte Marisol Salanova y el director del Centre del Carme Cultura Contemporània, José Luis Pérez Pont, con colaboraciones de diferentes especialistas del mundo del arte contemporáneo. En Innovación desde el museo. Ensayos sobre emergencia cultural se incluyen textos que analizan desde diferentes aristas de qué manera lo digital ha llegado a los museos no para reemplazar lo presencial sino para complementar, enriquecer y expandir la experiencia museística, augurando un futuro en el que la presencia online de los museos no será meramente informativa sino que tendrá un departamento de producción propia, con el arte digital cada vez más consolidado y en un universo donde conceptos como aura, turismo cultural, urbanismo, mediación o alteridad están en pleno debate y tendrán nuevos significados.

Una de las firmas presentes en el libro es la de Semíramis González, comisaria de arte y directora de las ferias JUSTMAD de Madrid y JUSTLX de Lisboa. Ella fue una de las invitadas en la mesa redonda «La revolución digital: este mundo ya es otro», una iniciativa de Ideas Digitales en la cual Semíramis González comentaba que, en la actualidad, al comprador físico de arte que visita una exposición en un museo o en una galería se le suma otro comprador internacional, cada vez menos hipotético y más palpable, al que los artistas pueden llegar de manera deslocalizada.

Es en este escenario donde entran los NFT’s (Non-Fungible Token, por sus siglas en inglés), certificados digitales de autenticidad creados a través de la tecnología blockchain (la misma que se emplea en las criptomonedas) y que permiten asociar obras de arte a un único archivo digital. Lo que significa que un NFT es una obra de arte única, dentro de un sistema pensado para garantizar la originalidad en las obras de arte que circulan por internet, evitando plagios, falsificaciones y estafas. Aunque los NFT’s  tampoco están exentos de polémicas y la propia Semíramis González en su intervención habló de sus puntos negativos y positivos. Entre lo malo que traen consigo los NFT’s, está el hecho de que este sistema encierra una “arquitectura financiera no muy clara y no muy transparente, con otros intereses que no tienen que ver exclusivamente con lo estético” y que también empieza a ser preocupante la contaminación de la huella de carbono que dejan los servidores en los que se alojan los NFT’s. Con respecto a lo positivo de esta tecnología para comprar y vender arte digital auténtico, Semíramis González cree en “la posibilidad de tener siempre un control de dónde están las obras que uno hace, algo que no ocurría en la obra física”. Y da un ejemplo gráfico: “Yo era pintora, pintaba un paisaje, otra persona me lo vendía, que podía ser mi galería o mi marchante, yo sabía a quién le habían hecho esa primera venta pero si esa persona volvía a vender el cuadro yo no tenía ni control de dónde estaba la obra ni volvía a tener un pago por ella. Eso con los NFT’s cambia, porque en el propio código va metido el derecho de autoría  y siempre uno tiene el control sobre ello”. Es decir, que abren la puerta hacia una mayor transparencia en el mercado del arte y permite a los creadores tener un mejor control de sus obras.

Sea como fuere, las NFT’s, con lo bueno y lo malo, han venido para quedarse y cada vez más exposiciones y espacios en España, tanto físicos como virtuales, las tienen en cuenta dentro del mercado del arte. Incluso en la última edición del Sónar+D de Barcelona se presentó SonarMàtica by Tezos – NFT Exhibition, una exposición curada por especialistas del festival y de la criptomoneda Tezos y que consistía en una instalación en doce pantallas multicanal con las obras de algunos artistas que trabajan en el ámbito digital y desde múltiples lenguajes y estéticas: con la ayuda de inteligencias artificiales, con representaciones del cuerpo poshumano o desde la preocupación por el cambio climático. Se trató, además, de una de las primeras exposiciones presenciales en España de obras de arte concebidas desde el NFT.

Nuevos entornos expositivos

El crecimiento del arte digital obliga, por una parte, a que muchos museos innoven en sus colecciones y apuesten por este tipo de obras en el comisariado de sus exposiciones. Y, por otra parte, significa un reclamo para el surgimiento de plataformas y entornos expositivos de carácter netamente digital, incluso mixtos, porque el museo pospandémico tiene esa doble vertiente que se retroalimenta entre lo presencial y lo virtual. Y donde la interacción con el público adquiere un protagonismo fundamental.

Un claro ejemplo de esa unión entre entornos presenciales y digitales es el colectivo artístico Desmusea, conformado por Clara Harguindey y Daniel Pecharromán, que basa su actividad en promover la conexión entre los diferentes públicos con museos e instituciones culturales a través de proyectos digitales, siempre moviéndose en los intersticios de la virtualidad y la presencialidad. Entre 2019 y 2021 fueron artistas residentes en Matadero Madrid y con Desmusea han creado proyectos para Caixafórum y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otros espacios culturales y museos. 

Clara Harguindey fue una de las invitadas por Ideas Digitales para la conferencia «Emocionar en el mundo digital», una mesa redonda en torno a las manera de usar las herramientas digitales de comunicación y el storytelling para dialogar con los públicos, comunidades y followers. “Más allá de la obra y de toda la exposición, lo más importante en un museo es todo lo que se genera y se comparte desde esta institución”, dijo Harguindey en aquella oportunidad y agregó: “Con nuestro trabajo en la mediación cultural intentamos que sea el público y su mirada la que tenga el mismo valor que la mirada del artista, porque solo a través del público es cuando se activa la obra”. Uno de los últimos proyectos de Desmusea es Vitrin.as, una galería virtual en la que se alojan proyectos de net.art (género de producciones artísticas creadas expresamente para internet) inspirados en colecciones, espacios e historias de museos del territorio español. 

Uno de los precursores y referentes en España en esta línea de pensar nuevos espacios expositivos en el entorno digital es el artista Solimán López, fundador en 2015 del Harddiskmuseum, un repositorio de arte único que nace como una suerte de performance y, al mismo tiempo, como una gran obra de arte en sí misma, ya que se trata de un homenaje al archivo digital y trata de responder a las preguntas que surgen de los nuevos códigos temporales de la humanidad, la producción artística y el patrimonio cultural. Harddiskmuseum se basa en un disco duro de 2 Terabytes en donde se fusionan la figura del artista y la gestión cultural con reflexiones sobre la sociedad del conocimiento, la memoria y el sistema del arte. En la mesa redonda «De abajo hacia arriba», organizada por Ideas Digitales en torno a la implosión de los medios digitales y el espacio que se abre con la cantidad proyectos y procesos liderados por los agentes culturales independientes, Solimán López comentaba las bases fundacionales del Harddiskmuseum: “El proyecto aborda la figura del archivo desde muchos puntos de vista, no solamente desde el hecho de guardar arte digital dentro de un disco duro sino que, de otra manera también les da un cierto valor que sin esa acción simbólica el archivo deja de existir porque está en la amalgama, en el océano de internet”. 

El Harddiskmuseum cuenta con una colección de más de 200 artistas que trabajan desde múltiples lenguajes: videoarte, videojuegos,  arte sonoro, pdf, páginas web y más. Y donde el concepto de lo intangible adquiere un valor fundamental, como lo escribe el propio Solimán López en su manifiesto: “En la nada está el todo, en lo intangible está la aprehensión de aquello que tiene más valor que el oro, el pensamiento, la idea, la proyección de lo íntimo, el yo más profundo, el rincón del vacío de mi mente, de la tuya, de la colectividad, del espacio muerto por inaccesibilidad, del abismo marino cargado de extraña vida, del subconsciente. Pongamos los medios justos y justificados para hacer de esa idea primigenia, renderizada en bits y codificada para nuestro entendimiento, el producto visual que merecen nuestros ojos. Guardémosla, en un cajoncito, en un disco duro para que no muera en el abismo, ni sea fagocitada por el pulpo, no se hunda, sino que flote, a toda vela en el líquido espeso del mundo digital”.

Más espacios, debates y herramientas para artistas digitales

El arte digital, el blockchain, la mediación cultural, el comisariado en entornos digitales y otros aspectos que son y serán determinantes a la hora de pensar en el museo pospandémico resultan de vital importancia para Ideas Digitales y su ecosistema de artistas, proyectos y hackers culturales. Y a Desmusea y Harddiskmuseum se le suman otras iniciativas como Internet Moon Gallery ,  una plataforma de exhibición de arte digital con un formato muy particular en su propuesta de exposición y curaduría, con contenidos indexados, de realidad virtual y formatos diversos. Cada noche de luna llena, en esta galería exclusivamente virtual se inaugura una nueva exposición con artistas diferentes pero que en todos los casos investigan sobre lenguajes de realidad virtual y 360 grados. 

Otra propuesta muy interesante en lo que tiene que ver con nuevos entornos expositivos para el arte digital es People Art Factory, una plataforma tecnológica que permite hacer exposiciones en 3D y que, en la actualidad, está desarrollando una nueva versión para su décimo aniversario con la liberalización del código del visor para que todas las exposiciones puedan ser incorporadas a público dominio de manera gratuita.

Desde Barcelona, IDEAL Centre D’Arts Digitals cuenta con un equipo tecnológico único en Europa que se dedica, por un lado, a desarrollar proyecciones audiovisuales de carácter inmersivo, con realidad aumentada, realidad virtual y holografía, siempre pensando las relaciones entre el arte y la sociedad. Y, por otro lado, cada octubre IDEAL dedica una conferencia especial al uso de las tecnologías XR en el sector educativo, con demostraciones y masterclasses. 

Dentro de este tipo de iniciativas educativas y de espacios de reflexión dentro del mundo digital se ubica Media Musea, un espacio para la reflexión sobre lo que está sucediendo con la tecnología, la innovación y los nuevos medios para la difusión de la cultura en general y del patrimonio histórico. Y también el proyecto 3dinteractivo que encabeza Ana Marcos, un colectivo de arte e investigación centrado en nuevas experimentaciones artísticas con las tecnologías más innovadoras, principalmente Inteligencia Artificial, Big data y Sistemas de Control. En la actualidad, en 3dinteractivo están trabajando en un museo virtual IA accesible desde Internet que busca recrear el patrimonio desaparecido en el siglo XIX.

Tan fundamental es pensar las exposiciones de arte contemporáneo y de arte digital en dos vertientes, la presencial y la virtual, que muchos museos y espacios expositivos de carácter físico se están adaptando muy rápido a esta nueva era. Por ejemplo, Espronceda, una innovadora galería de arte contemporáneo fundada en Barcelona en 2013 y que impulsa el proyecto Immensiva, una plataforma virtual internacional para promover a artistas emergentes y reconocidos más allá de la estancia física que desempeñan en el espacio expositivo. Pero no abarca a cualquier artista sino a aquellos y aquellas que trabajan con tecnologías avanzadas como VR, AR, AI y sensores.

     Y quizás donde mejor se condensa esta nueva situación es en la Red de Museos y Estrategias Digitales, un proyecto participativo y en evolución que articula y coordina la conexión más allá del espacio físico de los museos y propicia el intercambio dentro de este cambio de paradigma, incorporando al visitante como corresponsable en la creación de contenidos. REMED está formada por museos públicos y privados, grandes, medianos y pequeños, además de un gran ecosistema de investigadores, docentes y profesionales de empresas culturales y tecnológicas. Una comunidad de personas con intereses compartidos, conscientes del salto cualitativo que la tecnología digital ofrece a las artes. 

Vivimos un momento fascinante en la vinculación del mundo del arte con los nuevos entornos digitales. Gracias a la tecnología de las criptomonedas, la obra digital recupera su aura y, siempre que se controle el impacto ambiental de los NFT’s, los artistas pueden ampliar su campo de llegada a compradores situados en cualquier parte del mundo y no exclusivamente localizados en un mismo ámbito geográfico. Y todo esto dentro de ecosistema en el que siguen surgiendo nuevos entornos expositivos digitales con propuestas performáticas, renovadoras y ambiciosas, en un contexto pospandémico que ha obligado al museo a acelerar un proceso que ya estaba latente y que ahora empieza consolidarse: convertirse en un concepto mixto y anfibio, físico y digital.

Por: Laureano Debat