Arte digital y ciencia: la alianza definitiva

Durante mucho tiempo y en la gran mayoría de instituciones educativas de todo el mundo se puso especial atención en el enfoque pedagógico denominado STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics, por sus siglas en inglés) y que abarcaba la ciencia, la tecnología, las ingenierías y las matemáticas. La idea era despertar estas vocaciones en los jóvenes desde la escuela y contar con profesionales bien formados para afrontar los nuevos retos de la sociedad mundial. 

Pero la pérdida de interés general en muchos estudiantes por las materias científicas en Estados Unidos se volvió inevitable. Entonces, en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) surgió la idea de incorporar en la sigla el arte y el diseño, ambas disciplinas destinadas a colaborar con las ciencias para volver a contagiar el interés por ellas. Así es como surge el concepto de STEAM, a través del cual artistas y científicos no solo comparten el mismo estatus sino que trabajan en alianza directa dentro de un mundo cada vez más tecnológico y digital, en el que las matemáticas, el arte plástico, las ingenierías y la literatura ya no son concebidas desde compartimentos estancos sino puestas en común y como conceptos aliados, construyendo sinergias para ayudar tanto en procesos de aprendizaje como en otros aspectos de la creación y de la vida en general. 

Dentro del proyecto Ideas Digitales, que busca analizar cómo se está digitalizando el sector cultural más independiente, este encuentro entre arte y ciencia es imprescindible. Entre las propuestas identificadas se encuentra Hyper Studio, un grupo conformado por gente joven de diferentes disciplinas y cuya ubicación es netamente digital. Su trabajo se centra, mayormente, en enlazar arquitectura con medios digitales en proyectos interdisciplinares de diseño interactivo. Sus iniciativas van desde la cotidianeidad urbana de la ciudad de Tokio hasta la instalación de dispositivos interactivos en realidad virtual en festivales, pasando por desarrollos de plataformas virtuales para diferentes clientes. Y si bien sus proyectos tienen carácter muy diverso, todos están marcados por esta alianza entre la ciencia y el arte digital.

Pablo Barquín y Anna Díaz Ortuño desde Hamill Industries trabajan en una sintonía similar, aunque en su caso convergen tecnologías diversas con artes visuales y exploraciones en torno a la luz y al sonido. De esta manera, consiguen crear sus propias herramientas e inventar artefactos digitales y analógicos para diversos proyectos, siempre bajo la obsesión de conseguir diseños, universos y experiencias audiovisuales únicas para videoclips, anuncios publicitarios, instalaciones artísticas y performances.

En una entrevista para Efeminista, la ingeniera informática y directora de comunicación digital en la Universidad de Deusto, Lorena Fernández, dice que “el arte digital es una ventana preciosa para acercar las STEAM a las jóvenes” y reivindica el rol de la mujer, nunca suficientemente reconocido, en los inicios de la creación de diferentes lenguajes de programación. Junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro, Fernández ha creado el juego de mesa Nobel Run, que tiene como objetivo acercar a las mujeres a las carreras científicas y a través del cual se puede gestionar equipos de investigación para ganar el Premio Nobel, con el reto de conseguir financiación, contratar personal y publicar artículos en revistas científicas. Todo eso bajo una experiencia lúdica que se ubica en la misma sintonía de Cienciaterapia, un proyecto que llevan a cabo diferentes equipos científicos dentro de hospitales en los que se atienden a niños con cáncer y a través del cual se ofrecen experimentos interactivos para hacer en familia. De esta manera, se consigue la financiación necesaria para que los niños en tratamiento reciban talleres científicos y puedan sobrellevar de la mejor manera el duro trance en el que se ven inmersos.

La ciencia ligada a la cultura puede ser muy útil para acercarnos a la máxima empatía posible ante realidades que, muchas veces, resultan difíciles de palpar si no se las vive en carne propia. Para salvar este bache, el proyecto Be Another Lab propone una dimensión mucho más empática de la otredad, en relación a lo que padece a diario la población migrante y refugiada. A través de la grabación de historias en primera persona en realidad virtual, cualquier persona que se coloque las gafas no sólo podrá ver sino también experimentar lo que sufren a diarios los colectivos más vulnerables. En una línea similar pero, en este caso, vinculada al trauma y a la salud mental, se ubica Locus, una iniciativa surgida en el distrito de Vallecas y que busca subvertir el concepto “lugar de seguridad” (siempre asociado a los entornos policiales y centros sanitarios, de acuerdo con la lógica de la psiquiatría) y propone otros lenguajes creativos contemporáneos para reivindicar la convivencia con la locura a través de mecanismos de apoyo mutuo.

Festivales y laboratorios  

La preeminencia de cada vez más festivales y laboratorios permanentes en las que se vinculan el arte digital y la ciencia resultan de mucha ayuda para afianzar las estrategias de pedagogía STEAM en su ímpetu por generar interés en la tecnología y las carreras científicas. Y, al mismo tiempo, son instancias fundamentales para ayudar a la población en general a reflexionar sobre el rol fundamental que la ciencia cumple en ese camino de ida que la cultura transita hacia la digitalización.

Los proyectos de arte digital hechos en colaboración con inteligencias artificiales y el criptoarte con obras nacidas desde los NFT’s fueron las líneas predominantes en la última edición del Sónar+D de Barcelona, el encuentro paralelo que organiza el festival de música electrónica Sónar y que nació con la idea de generar un ámbito de interacción e intercambio entre disciplinas científicas y tecnológicas, el arte y la cultura digital. 

La muestra de arte digital y audiovisual Madatac lleva diez ediciones en su haber, siempre bajo la lógica de unificar las manifestaciones más vanguardistas en formato online y presencial. En cada nueva edición de este festival, se reúnen más de un centenar de artistas de todo el mundo para exponer sus proyectos vinculados con experiencias inmersivas, proyecciones de realidad virtual o vídeos equirrectangulares en 360º. El denominador común es la experimentación científica y tecnológica que se encuentra en la base de cada una de las obras.

En su cuarta edición, Me gustas pixelad_ se ocupó por la indagación de las diferentes aristas que configuran un trauma y de qué manera el arte digital puede responder ante él. A través de un formato híbrido, presencial y online, este festival promovido desde Casa Encendida presentó diez piezas de 13 artistas que propusieron diferentes maneras de abordar, ver, experimentar y expandir los significados de cuidado, cura y gestión de un evento traumático. 

También desde Madrid, el laboratorio Medialab de El Matadero ofrece un espacio fructífero para la confluencia de artistas, diseñadores y científicos, incubando proyectos multidisciplinares en los que convergen diferentes ramas de la ciencia, el arte digital y lo que se conoce como new media, es decir, los medios de comunicación y entretenimiento que nacen desde la digitalización de sus contenidos.

Con la idea de fomentar la creación y la pedagogía en torno al arte sonoro, tanto desde la investigación como desde la vinculación con otras disciplinas artísticas y científicas, el Festival de Nova Creació Sonora de Barcelona Mixtur propone cada año una serie de conciertos, conferencias, actividades educativas, mesas redondas e instalaciones para ser un puente decisivo entre la nueva música experimental y el gran público, además de ser un foco de descubrimiento de nuevas tendencias en el arte sonoro y una instancia pedagógica que estimule a la conformación de nuevos artistas e investigadores en el área. 

La estimulación por la creatividad y las experiencias lúdicas que fomentan la interacción están en la base de todo. Y eso es algo que solo puede ofrecer el arte digital y sus diferentes ramas y especialidades que, en este caso, se unen a las disciplinas científicas para expandir la creación hacia niveles insospechados hasta hace pocos años y que contribuyen a despertar el interés en los jóvenes por carreras y vocaciones que históricamente fueron vistas como inalcanzables, difíciles y lejanas. Pero que la mediación del arte las ha vuelto más cercanas y posibles.

Por: Laureano Debat